Tan lejos de mí.




Lejos estas de mi
las veces que te llamo,
son voces que se pierden
en ese hueco oscuro de la noche.
Tan lejos escucho tu voz
aunque me llames.
Tu figura se desvanece
entre la niebla
cuando te encuentro.
¡Eres mío! ¡eres mío!...
Te siento, te respiro
te robo caricias
mi corazón da un vuelco
de vértigo encendido,
temblando quedo…
callada, delirante.
Me prestas tu silencio
me envuelvo de él.
Me convierto en tu sombra
oasis del desierto.
Siembro tu alma dormida
que tu silencio es mío
hasta el próximo atardecer.
(escrito el 21- 10- 92)

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